SISTEMAS BESS: un gran avance para el almacenamiento de energía

Recientemente llegaba a los medios de comunicación una información que alertaba sobre ciertos riesgos de las renovables: “en Australia la gente tiene tantos paneles solares que han puesto en peligro la red eléctrica”.

No es difícil imaginar las consecuencias que tendría el colapso de la red eléctrica en cualquier país por un desequilibrio entre la falta de demanda y la incorporación a la red de excedentes procedentes de energías renovables, y  no es Australia el primer país en ponerse en guardia ante este posible desajuste; el mismo problema surgió en  California hace ya algunos años.

El problema fundamental es la escasez de demanda de energía de la red y el volcado a esa misma red de los excedentes de forma descontrolada.

Las instalaciones fotovoltaicas en viviendas son hoy el camino más habitual para generar energía en casa y conseguir un ahorro en la factura de la luz, una tendencia  que continúa en industria, centros comerciales y naves industriales, donde se busca el  ahorro energético y, a la larga, una independencia de la red eléctrica.

California cuenta con aproximadamente 47 GW de potencia instalada, mientras que en la región de Victoria (Australia) se superan los 20 GW, cifras considerables, sobre todo si las comparamos con los cerca de 7 GW instalados en España. Este volumen hace que la demanda de la red eléctrica caiga en picado, aumentando los excedentes y dejando a la red en riesgo en los tramos de baja demanda.

En California provocó que, en 2022, las operadoras eléctricas se vieran obligadas a rechazar miles de megavatios hora e incluso que el precio de la luz llegase a estar en negativo en algunos horarios debido la escasez de demanda de la red.

En Australia, el operador energético se vio obligado a emitir un aviso de demanda demasiado baja que ponía el sistema en un grave riesgo de resultar imposible su mantenimiento. Por ello, el operador se vio obligado a adoptar medidas de emergencia limitando el volcado de excedentes e incluso desconectando los módulos fotovoltaicos de las viviendas.

¿Cómo solucionar estos inconvenientes? Es donde entran en juego los Battery Energy Saving Systems o sistemas de almacenamiento de energía en baterías, conocidos por sus siglas en inglés: BESS. La misión de los BESS es almacenar electricidad en periodos de baja demanda o cuando existe un excedente de producción, y liberar esta electricidad cuando la demanda esa lata. Los BESS aparecen así como imprescindibles en un futuro sostenible basado en las energías renovables.



Clasificación y tipos de BESS

Los BESS varían en tamaño dependiendo de su aplicación. Existen desde pequeñas unidades para uso residencial hasta grandes instalaciones para almacenamiento a gran escala.  De acuerdo con sus capacidades y objetivos, los BESS se pueden clasificar en varios grupos:

  • Residencial: con capacidades entre los 3 y 20 kWh. Se diseñan con el objetivo de almacenar los excedentes de energía generada por los módulos para su uso en la noche o en tramos de menor producción.

  • Comercial e Industrial: pensados para empresas y el sector comercial, en este caso los BESS tienen capacidades entre 100 kWh y los 5 MWh, dependiendo del tamaño de la instalación y los requerimientos de almacenamiento energético de la empresa.

  • A nivel de red: en este caso, los BESS a escala de red son significativamente mayores, llegando a tener capacidades de cientos de MWh o incluso GWh. Esta capacidad permite mantener en un punto de equilibrio la oferta y la demanda de las redes eléctricas, almacenando los excedentes de energía de las renovables y poniéndola en la red cuando es necesario.

Con todo, es importante tener en cuenta que, en 2022, la COP (Conference of the Parties, o conferencias de alto nivel auspiciadas por las Naciones Unidas) estableció el objetivo de alcanzar en 2030 los 230 GW de almacenamiento, meta que ahora se pretende cambiar hasta alcanzar los 1.500 GW para el mismo año 2030.

Un ambicioso objetivo que, como mínimo, potenciará aún más el boom de los BESS y su implantación a todos los niveles, evitará que se repitan situaciones como las de Australia y California y el cambio al 100% por las renovables sea posible.